Dilluns
Explicar
el següent conte sobre la confiança i comentar-lo a la classe:
“Abús
de confiança”.
L’Abella
i la formiga eren bones amigues i confiaven l’una en l’altre.
Un
dia que l’abella se’n va anar de viatge, va deixar les claus de casa a la
formiga, per si hi havia alguna urgència.
La
formiga va tenir la temptació d’entrar a la vivenda de l’abella, a veure si podia
afartar-se de mel..., però va pensar que seria un abús de confiança.
Però
quan va ser la formiga qui va haver de viatjar l’Abella si que va entrar a casa
seva a tafanejar. Va pensar que al capdavall, la Formiga devia haver fet el
mateix quan ella no hi era.”
Els
bons amics són aquells de qui no es desconfia mai.
Dimarts
Cançó
del you tube on es parla que malgrat les
coses no surtin com es pensa, al final sempre surt el sol, i amb confiança les
coses s’arreglen.
Has
vist la pluja?- Ivette Nadal 3,00
Dimecres
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la següent imatge sobre la confiança.
Dijous
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el següent conte sobre la confiança i comentar el missatge amagat.
“El
ratolí mentider”.
“En
Ratolí era l’encarregat de repartir els diners que el rei destinava a ajudar
els necessitats. Al principi, va complir bé la seva comesa, però al cap de poc
va arribar a orelles del rei que en Ratolí se n’estava quedant una part.
El
rei va disfressar-se de captaire i va decidir veure si era veritat aquell canvi
d’actitud. Va presentar-se davant d’ell, per veure com el tractava i, en
comprovar que el feia fora sense donar-li res i amb mal geni, va decidir
tancar-lo per tota la vida, perquè el càstig servís d’escarment a tots els
mentiders i estafadors.”
Divendres
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el següent conte sobre la confiança.
“La
cola de León”
En una pequeña aldea vivía un niño llamado Leo. Era un chico
delgado y bajito, y vivía siempre con el miedo en el cuerpo, pues algunos
chicos de un pueblo vecino acosaban del pobre Leo y trataban de divertirse a su
costa.
Un día, un joven mago que estaba de paso por la aldea vio las burlas. Cuando los chicos se marcharon, se acercó a Leo y le regaló una preciosa cola de león, con una pequeña cinta que permitía sujetarla a la cintura.
Un día, un joven mago que estaba de paso por la aldea vio las burlas. Cuando los chicos se marcharon, se acercó a Leo y le regaló una preciosa cola de león, con una pequeña cinta que permitía sujetarla a la cintura.
- Es una cola mágica. Cuando la persona que la lleva actúa
valientemente, esa persona se convierte en un fierísimo león.
Habiendo visto los poderes de aquel joven mago algunos días
antes durante sus actuaciones, Leo no dudó de sus palabras, y desde aquel
momento llevaba la cola de león colgando de su cintura, esperando que
aparecieran los chicos malos para darles un buen escarmiento.
Pero cuando llegaron los chicos, Leo tuvo miedo y trató de salir
corriendo. Sin embargo, pronto lo alcanzaron y lo rodearon. Ya iban a comenzar
las bromas y empujones de siempre, cuando Leo sintió la cola de león colgando
de su cintura. Entonces el niño, juntando todo su coraje, tensó el cuerpo,
cerró los puños, se estiró, levantó la cabeza, miró fijamente a los ojos a cada
uno de ellos, y con toda la calma y fiereza del mundo, prometió que si no le
dejaban tranquilo en ese instante, uno de ellos, aunque sólo fuera uno, se
arrepentiría para siempre, hoy, mañana, o cualquier otro día... y siguió
mirándolos a los ojos, con la más dura de sus miradas, dispuesto a cumplir lo
que decía.
Leo sintió un gran escalofrío. Debía ser la señal de que se
estaba transformando en un león, porque las caras de los chicos cambiaron su
gesto. Todos dieron un paso atrás, se miraron unos a otros, y finalmente se
marcharon de allí corriendo. Leo tuvo ganas de salir tras ellos y destrozarlos
con su nueva figura, pero cuando intentó moverse, sintió sus piernas cortas y
normales, y tuvo que abandonar esa idea.
No muy lejos, el mago observaba sonriente, y corrió a felicitar
a Leo. El niño estaba muy contento, aunque algo desilusionado porque su nueva
forma de león hubiera durado tan poco, y no le hubiera permitido luchar con
aquellos chicos.
- No hubieras podido, de todas formas- le dijo el mago- Nadie
lucha contra los leones, pues sólo con verlos, y saber lo fieros y valientes
que son, todo el mundo huye. ¿Has visto alguna vez un león luchando?
Era verdad. No recordaba haber visto nunca un león luchando.
Entonces Leo se quedó pensativo, mirando la cola de león. Y lo comprendió todo.
No había magia, ni transformaciones, ni nada. Sólo un buen amigo que le había
enseñado que los abusones y demás animalejos cobardes nunca se atreven a
enfrentarse con un chico valiente de verdad.